Ayer fuí a cenar con unos amigos a un italiano que graciosamente no tenían ni pizzas ni espaguetti. Pero sí tenían una pasta fresca que estaba de muerte.
Y me pusieron los dientes largos de tan buenas que estaban, así que esta mañana me he levantado y me he dedido a retarme a mi misma y a preparar pasta fresca en casa.
Me ha venido muy bien para preparar la pasta, un libro que muy hábilmente le pedí prestado a mi hermana, pero que no sé yo si volverá a recuperar. jajajaja (Gisela no et preocupis, que algun dia ja te'l tornarè).
Bueno, la cosa era que quería hacer pasta rellena, y mirando el libro los tortellini y ravioli eran demasiado complicados para una novata como yo. Así que mira que te mira, zas! encontre la forma perfecta y facílisima. Se trata de unos triángulitos la mas de monos que se llaman pansotti no sé que significará (me dicen que va con dos "t", así que yo como las balas directa a cambiarlo).
Los he elegido porqué me han parecido que serían los más cómodos a la hora de cerrar la masa.
El relleno ha sido una mezcla rara pero buenísima. Ha sido como invertir el proceso, poner la salsa dentro del pansoti y la verdad es que ha quedado muy muy buena y muy jugosa.
Ingredientes:
- 3 salchichas sin tripa (en la foto hay más, pero sólo he necesitado tres).
- media cebolla.
- 1 diente de ajo.
- 2 cucharadas de roquefort.
- media manzana (no está en la foto, pero la he usado).
- una copita de vino blanco (tampoco está en la foto).
- 1 vasito de nata líquida.
- pimienta negra.
- nuez moscada.
- parmesano para rallar.
Preparación:
(1) Sofreimos la cebolla con el ajo.
(2) Cuando estén dorados, añadimos las salchichas. Las vamos desmenuzando con las manos a medida que las vamos metiendo en la sartén.
(3) Con la ayuda de una cuchara de madera, vamos desmenuzando las salchichas, dentro de la sartén, apretando para que se separe la carne. De manera que quede así:
(4) Añadir la copita de vino blanco y dejar que reduzca.
(5) Cuando ha reducido todo el vino, rallamos media manzana directamente en la sartén.
(6) Añadir la nata líquida y el parmesano y dejar que la salsa vaya ligando. Probad a ver que tal está de sal, ponemos pimienta y rallamos nuez moscada. Y reservamos apartada del fuego hasta que vayamos a rellenar.
(7) Con una bola de masa de pasta fresca, la estiramos que nos quede bien fina (ver el apartado de El secreto de la pasta!). Cortamos haciendo un rectángulo y dividimos la masa en rectángulos más chiquititos. Me han salido 20 rectángulos.
(8) Ponemos en el centro del rectángulo con la ayuda de una cucharilla un poquito de relleno.
(9) A la hora de cerrar, humedecemos con agua dos bordes del rectángulo y con los dos otros bordes que nos quedan, los acercamos a los otros de manera que cerramos el rectángulo y que nos quede la forma de un triángulo. Con los dedos vamos aplastando la masa bordeando el relleno para que nos quede bien cerrada. Luego con un cuchillo quitamos los bordes que nos han quedado feos. Y otra vez con las manos, esta vez un poco húmedas, cerramos bien los bordes apretando con los dedos (esto es muy importante, ya que si no lo hacemos bien, se nos abrirá la masa durante la cocción y nos joderá todo el proceso). Y ya están listas para llevar a la olla. La hervimos con abundante agua, un poco de sal y durante 4 o 5 minutos más o menos.
A la hora de servir no le he puesto ninguna salsa, ya que creo que no le hace falta, sólo le he echado un poquito de mantequilla por encima mientras escurrían y cuando ya había emplatado, parmesano rallado y un chorrecito de aceite.
Buon appetito!